Un acercamiento a la función educativa de la familia

ARTÍCULO DE REVISIÓN

 

Un acercamiento a la función educativa de la familia

 

An approach to the family educative function

 

 

Yamila Ramos Rangel, María de los Ángeles González Valdés

Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos. Cuba.

 

 


RESUMEN

Introducción: la familia juega un rol protagónico en el proceso de convertir a sus miembros más jóvenes en personas capaces de participar de manera positiva en la vida de la sociedad; de ahí que sea tan importante la forma en que esta lleve a cabo su función educativa. Objetivo: analizar la función educativa de la familia, su papel rector en la formación de las nuevas generaciones, en tanto grupo primario que media entre el individuo y la sociedad.
Métodos: se realizó búsqueda en la literatura digital de artículos de investigaciones originales publicadas en SciELO Cuba, y SciELO Regional durante los años 2013 al 2016 con combinación de Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) y palabras clave: familia, función educativa, formación, desarrollo, salud, bienestar, sociedad. Se restringió la búsqueda al idioma español Se rastreó, organizó, sistematizó y analizó la literatura para llegar a establecer las regularidades de la información sobre el tema de estudio.
Conclusiones: la familia y su papel primordial en la formación del modelo de persona que se quiere crear en y para la sociedad, resulta un tema que requiere estudio sistemático y profundo, siendo objetivo impostergable mejorar las bases teóricas y metodológicas que orienten su actuación. Lograr espacios y herramientas eficaces para motivar y adiestrar a las familias para el despliegue de su papel rector en el empeño educativo de cimentar generaciones de calidad, es ahora un reto. Asumirlo puede favorecer la salud, el bienestar y el progreso de muchos de nuestros semejantes, de la sociedad.

Palabras clave: familia; función educativa; sociedad.


ABSTRACT

Introduction: The family plays a leading role in the process of turning its younger members into people capable of participating positively in the life of society; therefore, the way in which it carries out its educational function is so important.
Objective: To analyze the educational function of the family and its guiding role in the formation of the new generations, as a primary group that mediates between the individual and the society.
Methods: A search was made in the digital literature of original research articles published in SciELO-Cuba and SciELO-Regional during the years 2013 to 2016, with a combination of Descriptors in Health Sciences (DeCS) and the key words: family, educational function, training, development, health, well-being, society. The search for the Spanish language was restricted. The literature was tracked, organized, systematized and analyzed, in order to establish the regularities of the information on the subject of study.
Conclusions: The family and its leading role in the model formation of the people desired to be created for the society is a topic that requires systematic and deep study, being an imperative objective to improve the theoretical and methodological bases that guide its action. Providing effective spaces and tools to motivate and train families to display their leading role in the educational effort to cement generations of quality is now a challenge. Assuming it can favor the health, well-being and progress of many of our peers and the society.

Key words: family; educative function; society.


 

 

INTRODUCCIÓN

La familia es el fundamento de la vida social y el principal vehículo de transmisión de la cultura. La historia de la humanidad presenta siempre la historia de la familia. Es en el contexto familiar donde se fraguan los cimientos de nuestro comportamiento, donde se despierta y se descubre la vida. Para bien o para mal cada persona construye su vida "llevando consigo" a la familia, grupo primario que media entre el individuo y la sociedad.

La felicidad de las personas guarda una relación intrínseca con el amor familiar. Por ello, muchos de los sufrimientos que marcan la vida de tantos hombres y mujeres hoy tienen que ver con las expectativas frustradas en el ámbito de la familia. Y es que a las personas no le basta cualquier amor: necesita un amor verdadero, un amor que les haga crecer, desarrollarse como personas, y un espacio para su aprendizaje está en la unidad más básica de la vida social: la familia.

La formación juega un importante papel en el desarrollo de la personalidad del individuo como ser social. Es parte de un proceso educativo; por tal razón, la educación se considera un sistema complejo de influencias en el que participa toda la sociedad, donde las influencias recibidas se asumen de manera muy particular y diferente por cada individuo. La familia como institución educativa debe integrarse a esta formación para que sus miembros reciban un sistema de influencias que permita su desarrollo armónico.1

Si la familia educa a la persona hacia su maduración, su crecimiento, edifica la sociedad hacia su desarrollo progresivo. La sociedad vista como organismo social posee a la familia sana como célula que es fundamento de una sociedad sana y, por el contrario, la familia patógena descompone, cual célula enferma, el tejido de la sociedad. En consecuencia, la familia tiene una gran significación para la sociedad y una importancia única entre el individuo y esta.

Resulta una necesidad la comprensión y estudio de la familia desde una visión integradora, sintiendo lo pertinente de subrayar el importante papel que ejerce la familia en la formación y desarrollo de una sociedad, reflejado en su papel rector en la formación de las nuevas generaciones. El papel de la familia en el proceso educativo ha sido abordado en la literatura desde lo psicológico, sociológico, pedagógico y filosófico.

Este resulta un tema complejo, ya que es insuficiente su abordaje desde una sola ciencia o desde una única perspectiva.

En este trabajo no se establecen pautas absolutas o respuestas para dicho análisis, más bien a partir de la revisión bibliográfica realizada, interrogantes que estimulen a enrumbar el camino de visibilidad de la familia como grupo primordial para el desarrollo, bienestar y felicidad de un país y de sus personas. Como profesionales de la salud es nuestra tarea acompañar a las familias para que desplieguen sus potencialidades en el cumplimiento de su papel.

Este artículo tiene como objetivo destacar algunas ideas vinculadas a la función educativa de la familia y su papel rector en la formación de las nuevas generaciones, en tanto grupo primario que media entre el individuo y la sociedad.

 

MÉTODOS

El presente trabajo es el resultado de un proceso de investigación teórico descriptiva de tipo documental. Se realizó una búsqueda en la literatura digital de artículos de investigaciones originales publicadas en SciELO Cuba, y SciELO Regional durante los años 2013 al 2016. En la búsqueda y localización de la información se utilizó la combinación de Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS) y palabras clave: familia, función educativa, formación, desarrollo, salud, bienestar, sociedad. Se restringió la búsqueda al idioma español. Luego de ser filtrada la información en SciELO Cuba, de 31 artículos se seleccionaron y consultaron 15 artículos accesibles y a texto completo. En SciELO Regional, de 303 artículos se seleccionaron y consultaron 41 artículos accesibles y a texto completo. Se excluyeron los casos específicos de países o regiones, los relacionados con las escuelas y universidades, aspectos jurídicos, migraciones, religiosos y los relacionados con los nombres de las familias de ciertas especies de plantas botánicas.

Se agruparon los artículos en dos núcleos temáticos: 1) conceptualización de familia, 2) familia como institución educativa. Se realizó un análisis de cada núcleo temático, a partir de la descripción de aspectos comunes y divergentes. Se estudiaron tendencias, discusiones presentes en los artículos revisados; y, posteriormente, la conjugación de sus resultados en los núcleos descritos. La revisión bibliográfica llevada a cabo implicó el rastreo, organización, sistematización y análisis de un conjunto de literaturas para llegar a establecer las regularidades de la información sobre el tema de estudio. Se realizó un análisis general, dando lugar a las conclusiones que se presentan en este artículo.

 

DESARROLLO

Noción de familia

Patricia Arés Muzio, Dra. en Ciencias Psicológicas, señala que en el presente estamos ante el fenómeno de la diversidad y complejidad familiar, donde lo que podemos estudiar y evaluar son formas muy variadas y cambiantes de relaciones interpersonales en torno a tres ejes de vinculación: afinidad o afecto, consanguineidad, convivencia.2

Brullet Tenas, citado por Barrera indica que "los procesos de cambio que estamos experimentando en nuestra sociedad afectan, a ritmos e intensidades diferentes, a todas las instituciones sociales (incluyendo) las familias" y, en concordancia con Acevedo Quiroz afirma que en los tiempos modernos, la familia es la que ha sufrido más los cambios de la sociedad.3

El concepto de familia ha variado según el paso de los tiempos. La sociedad sufre cambios al igual que la familia, debido a este proceso de cambio han ido apareciendo tipos de familia que desbordan las definiciones tradicionales. Según Carbonell, citado por Oliva Gómez y Villa Guardiola, "la familia ha sido el lugar primordial donde se comparten y gestionan los riesgos sociales de sus miembros".4

La diversidad de acepciones sobre familia, halladas en la bibliografía consultada, se encuentra en comunión con los cambios ocurridos en esta institución a partir de las transformaciones de las diferentes sociedades.

El concepto de familia, desde una perspectiva muy general, según Cano y Casado, se refiere a un conjunto de personas unidas por lazos de herencia genética, consanguinidad, afectos, cuidado, apoyo y vivencias compartidas que, bajo la custodia de unos padres, se constituye en el eje generatriz de la sociedad, cuyo rol trascendental supera la satisfacción de las necesidades básicas de sus integrantes, centrando su atención en la transmisión de una educación fundamentada en valores educativos y culturales.5

Giannotti y cols., citado por García, define a la familia como un sistema gobernado por reglas, con las cuales los miembros se comportan de manera repetitiva y organizada, es decir, todos siguen un rol dentro de la dinámica familiar.6

Entre las múltiples formas de aproximarse al estudio de la familia es posible referirse a ella como lo hacen investigadores cubanos. En este sentido, en su Manual de evaluación y orientación para la salud familiar, el Grupo Asesor Metodológico para los Estudios de la Familia (GAMEF) la definen como: "Grupo de personas que comparten vínculos de convivencia, consanguinidad, parentesco y afecto, que cumple funciones reproductivas, económicas, educativas, afectivas y de socialización para el desarrollo biospicosocial del ser humano". 7

Clavijo Portieles define a la familia como el conjunto de personas vinculadas por lazos estables de tipo consanguíneo, maritales, afectivos, socioculturales, económicos, contractuales y de convivencia, al objeto de satisfacer necesidades al grupo y cumplir con las funciones que le vienen encomendadas a través del devenir histórico- social. Es un sistema de intersatisfacción mutua de necesidades humanas, materiales y espirituales, que permite la reproducción biológica de la especie, la reproducción de la cultura de la cual ella misma es expresión y la reproducción del sistema de relaciones económicas y sociales de la comunidad en que vive y para convivir adaptativamente en la cual, debe preparar a sus miembros.8

Por otra parte, desde el punto de vista psicológico Ares Muzio plantea que la familia es la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se quiere duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia.9

Estos conceptos apuntan a cómo en su seno se instaura el proceso de socialización del hombre, ya que allí se tejen las afectividades y las maneras de expresarla, las cosmovisiones de cada persona y del grupo, la vivencia de sí mismo y de la alteralidad, la noción del espacio y del tiempo, el lenguaje, la historia de las generaciones que le antecedieron; es decir todas las dimensiones humanas más significativas se plasman y transmiten en la cotidianeidad de la vida en familia. Esta es por excelencia el campo de las relaciones afectivas más profundas y constituye, por lo tanto, uno de los pilares de la identidad de una persona y en última instancia de la co-construcción de las identidades colectivas de una comunidad, de una sociedad. La familia opera como un sistema de relaciones e interinfluencias, desde dentro y con el exterior.

Se mire por donde se mire, estas conceptualizaciones subrayan que familia es compartir, es proyecto vital de existencia, es aquello que hacemos perdurable, con fuertes sentimientos, es identidad de sí mismo que se nutre de un nosotros, es compromiso, intensidad relacional, es vínculo estable, complicidad que marcan el rumbo de toda existencia humana.

La familia como institución y grupo, es en cierta medida responsable del funcionamiento inadecuado o adecuado de sus miembros, por ello hay en esta institución desde una mirada salutógena, herramientas, recursos para el progreso, y desarrollo de las potencialidades de sus miembros, siendo acompañante o soporte de ayudas vitales a estos para su crecimiento en un sentido particular, pero que trasciende como una red de relaciones a la sociedad en un sentido más general. Es por ello que la relación entre individuo, familia y sociedad hay que entenderla en sus múltiples interrelaciones y no como un proceso unidireccional.

Se hace necesario entender dos niveles de análisis para la familia que se explicitan en la literatura revisada: uno macrosociológico para establecer las relaciones entre familia y sociedad y otro microsociológico para explicar la interrelación entre familia e individuo.9

Desde esta perspectiva es conveniente propiciar una mirada a la familia como "espacio de lo posible" para la educación de sus integrantes, y cual sistema abierto para un impacto positivo y constructor de la sociedad.

La familia constituye uno de esos grupos humanos que inmersa dentro del macrogrupo que constituye la sociedad, se integra y desarrolla teniendo en cuenta la situación económica- política y social imperante.10 Los cambios sociales han sido muy acelerados en los últimos años y van dando lugar a una nueva situación que afecta de forma muy importante a la vida familiar y a la propia sociedad.11

El modelo de familia matrimonial, entendido como la unión matrimonial estable y duradera de un hombre y una mujer con el proyecto común de tener y educar a los hijos, ha sufrido un proceso sostenido de debilitamiento en los últimos años, debiendo coexistir con expresiones de matriz ideológica, que tienden a mutar el carácter comunitario de la familia por uno eminentemente social y consensual. La familia no está ya ligada exclusivamente al matrimonio ni tampoco es actualmente el único modelo socialmente aceptable.12

Es la familia como grupo o unidad un espacio o medio excelente para la observación e investigación de las interacciones humanas y por ende de las interacciones sociales, pero también para la intervención que facilite incorporar "modos de hacer y relacionarse positivos" que trasciendan a los espacios sociales.

La familia como institución educativa

La familia desempeña funciones insustituibles en beneficio de cada uno de sus miembros. Esta juega un importante papel en la conformación del capital humano y social.

Aun cuando se sabe que analizando solo la función educativa de la familia no se abarca toda la inmensidad de su papel rector en la formación de las nuevas generaciones nos parece que esboza aspectos que por sí solo esclarecen por qué le corresponde este rol a la familia.

La palabra educar en su etimología nos pone frente a sus referencias concretas. El Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española en su versión digital define la educación como "Acción y efecto de educar", "Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes", "Instrucción por medio de la acción docente", "Cortesía, urbanidad".13

Para delimitar y comprender mejor el significado de este concepto, resulta fundamental realizar una aproximación a la procedencia etimológica del verbo educar: según bibliografía consultada por Trueba, deriva del latín EDUCARE, ir conduciendo de un lugar a otro, y también de EDUCERE, extraer, sacar fuera.14

El primer significado señala un proceso que debe llevarse a cabo paso a paso y que incluye a la alteralidad, al binomio, y que se promueve en plena movilidad; el segundo se refiere más a los resultados, pero contando con la habilidad del educador, que debe saber sacar el máximo provecho de cada persona, todo lo bueno y positivo que lleva en sí.

Educar es ayudar a alguien para que se desarrolle de la mejor manera posible en los diversos aspectos que tiene la condición humana. Educar significa comunicar conocimientos y promover actitudes. Información y formación constituyen el dúo clave en todo proceso educativo, donde hay que intervenir positivamente para hacer crecer. Recibir información es acumular una serie de datos, observaciones, manifestaciones específicas. La formación va más allá: ofrece unos criterios para regular el comportamiento, pretende sacar el mejor partido posible de los conocimientos recibidos, favoreciendo la edificación de una persona madura, armónica, dueña de sí mismo, segura, más humana; formar es dar sentido, se pudiera decir que educar es hacer que alguien aprenda a vivir con gusto. Educar a una persona es entusiasmarla con los valores.

En este sentido, ¿por qué la familia tiene un papel rector en la formación, en la educación de las nuevas generaciones? Aun cuando no se abarque en toda su amplitud el vínculo de la familia en el desarrollo de una sociedad y de las "semillas" que van conformándola, a continuación presentaremos algunos argumentos encontrados en la literatura revisada que lo explicitan o se consideran válidos ante esta interrogante:

La familia es la unidad fundamental y primaria donde el ser humano se va haciendo persona, es la primera institución donde descubre las formas básicas de la vida social y en la que aprende a relacionarse con los otros.

La familia, entonces, tiene un valor de refugio afectivo y de aprendizaje social; es la primera y más importante de las escuelas, en ella se nace, en ella se disfruta y en ella se descubre lo hermoso de sentir.15

Como dijera Neruda, "es la familia la primera escuela de amor", esta como ninguna otra aporta el afecto familiar insustituible en el camino de cualquier individuo para convertirse en persona. Es en ella donde primero, del modo más directo y durante largo tiempo, la sociedad actúa sobre el hombre como persona. La familia es esencial, en su condición de punto focal del ser social, tanto para el desarrollo del individuo como para el desarrollo de la sociedad.16

La familia es el núcleo más adyacente a la persona humana, ese "hábitat natural" en donde transcurre la vida de la mayoría de los seres humanos de estos tiempos.

La familia según Ares Muzio, citado por Bartutis Socarrás y Bujardón, constituye el primer grupo de referencia para el ser humano. En su seno, el individuo no solo nace, crece y se desarrolla, sino también va adquiriendo las primeras nociones de la vida, sus primeros conceptos morales, e incorpora a través de las relaciones afectivas con los adultos, vivencias de amor, de respeto, de justicia, de solidaridad, o en su defecto, si carece de estas influencias socializadoras va acumulando un déficit o deterioro moral".17

En la familia, el niño encuentra autoridad, intimidad, dependencia y persistencia, o dicho de otra manera, una estabilidad emocional y material en la que se asientan las bases del proceso de socialización. La familia es un agente de socialización fundamental, que interviene en el momento en que la persona tiene mayor capacidad de aprendizaje: la infancia.18

Esta institución es el espacio más significativo en la formación y desarrollo de la personalidad de cualquier individuo, se parte del supuesto que el ser humano no nace como ser social, como personalidad, sino que se hace a través del contacto y de la interacción con otros seres humanos, en este caso, sus familiares; es un ser en relación con otros y los primeros otros de enorme trascendencia en su conformación son la familia.

La influencia de la familia incluidos los padres y hermanos continúa siendo importante para el desarrollo y estructura firme de la personalidad, y del aprendizaje de mecanismos de afrontamiento y de estrategias de asertividad.19

El primer contexto educativo donde se desarrolla el niño es la familia. El padre y la madre son sus primeros maestros, sus primeros guías y acompañantes, las personas que están siempre con él, estimulándole, potenciándole, enseñándole y facilitándole el trayecto, a través de elogios y refuerzos positivos y por qué no, también negativos; porque no siempre los padres cumplen de forma apropiada con esta función. Pero lo destacable de esta enunciación es señalar que las primeras relaciones sociales, con sus consiguientes influjos, que establece un ser humano son dentro de una familia. Como señalara Quintana: La familia es una institución educativa, pero cuyos miembros no han recibido una preparación específica para esta función. Por eso la acción educativa que se ejerce en ella puede ser problemática. Los influjos educativos familiares son enormemente complejos y en todas direcciones.20

En relación con el desarrollo escolar o académico, por ejemplo, las familias que promueven la discusión y el interés en la cultura, y que motivan a sus hijos a comprometerse en el trabajo escolar, maximizan el significado y comprensión de las actividades escolares.21

La familia está funcionando como uno de los pilares donde el estudiante se está apoyando, lo que corrobora las posibilidades de influencia de la familia sobre sus métodos de estudios y posteriormente mejorar su desempeño académico, en el período final de la adolescencia e inicios y desarrollo de la juventud, influencia esta que solo es reconocida en edades anteriores.22

La familia debe y puede ser o convertirse en ese lugar de seguridad y tranquilidad para una influencia directa sobre el rendimiento académico de sus hijos, aunque ya estén en la edad juvenil, e inclusive en la adulta. Es una idea compartida por muchos pero estudiada por pocos.22

Estudios citados por Cervinia y cols. han confirmado la asociación entre el tipo de estructura familiar (por ejemplo, dos padres vs. solo un padre), y una variedad de resultados educativos.23

El significado de lo que aprende el niño, el adolescente, el joven en la escuela y en cualquier otro contexto está mediatizado por las vivencias y experiencias de la vida en familia. La relación entre lo que va aprendiendo cognoscitiva y afectivamente se produce por primera vez en el ámbito familiar a través de la unidad dialéctica de la actividad y la comunicación, que se instituyen como categorías rectoras a través de las cuales se va produciendo el devenir de la conformación personológica de estos.

La familia es el principal microsistema en el que está integrada la persona durante toda la vida y simultáneamente pertenece a diferentes subsistemas que la componen y para su equilibrio y bienestar emocional debe tener una dinámica propia en cada uno de ellos. El grupo familiar, tenga el modelo que tenga, ofrece a las personas que lo componen un entorno afectivo estable y unos criterios a los que debe responder, de manera estable y adaptada a la edad, con el objetivo educativo de favorecer el desarrollo positivo de todas las personas.24

Constituye la familia el primer grupo de pertenencia donde se desarrolla la persona; es donde los niños aprenden y hacen suyos sentimientos, conocimientos, valores, actitudes y creencias que les sirven de modelo para orientar su propio comportamiento, sus elecciones y decisiones con respecto al mundo circundante, a los otros y a su persona. Es el grupo primario por excelencia donde el ser humano tiene sus primeras y fundamentales experiencias sociales, y al cual está vinculado personalmente del modo más intenso, durante largo tiempo. En ella continúan gravitando de modo ineludible las cuestiones trascendentales de la educación como, por sólo citar ejemplos, la formación de actitudes, valores e ideales.

La familia se erige en un agente socializador de gran valor, productora de sentidos personales y grupales. La socialización es el proceso a través del cual la familia cumple su rol formador, es dentro de una familia donde precisamente se adquieren las competencias básicas necesarias para el desarrollo socioafectivo, cognitivo, ético y estético para el desarrollo de cualquier ser humano; es decir, la familia muestra, a través de sus interacciones y decisiones cotidianas, cómo participar en la vida social desempeñando un rol determinante en el proceso de formación y transmisión de valores, dada su influencia directa sobre sus miembros y su potencial formador y desarrollador.

En todo ese proceso, el individuo va aprendiendo y desaprendiendo, con lo que se forma su educación, la cual va transmitiendo hacia los que lo rodean. Además, va incorporando un sistema de valores que también comparte a diario. De manera que expresa conocimientos, genera pensamientos y emana sentimientos sobre la vida.25 Si toda esta red compleja de interrelaciones es favorable a la salud, la familia será saludable, hará sano su entorno y será una promotora de salud a su alrededor.26

Nadie mejor, cuando cumplen con su papel, que las figuras parentales para descubrir, conocer y comprender los gustos, intereses y necesidades de sus hijos, percibir su singularidad y originalidad como personas; propiciar el pleno desarrollo de sus potencialidades y la facilitación de su valía, de su mismidad.

Las familias otorgan la identidad más básica de la persona, es también productora de relaciones entre los miembros que la componen para ayudar de esta manera a los niños y niñas adolescentes y jóvenes a entender los acontecimientos que suceden en la cotidianidad, los cuales modelan maneras de conocer, percibir, sentir, entender, comprender y actuar en y sobre el mundo que les rodea; también en ella se reproducen las estructuras sociales fundamentales. En su interior se definen distintas relaciones simétricas o complementarias, jerárquicas o igualitarias teñidas siempre por valores afectivos e identitarios.

Este grupo identitario, según González y Mitjans, representa, tal vez, la forma de relación más compleja y de acción más profunda sobre la personalidad humana, dada la enorme carga emocional de las relaciones entre sus miembros.27

En la familia, según Domínguez Folgueiras, citado por Ceballos, la construcción de la identidad de género se gesta desde la infancia de forma dinámica a través de la interacción diaria, asociando determinados rasgos y conductas a lo masculino y a lo femenino.28

La familia es la primera instancia donde uno nace, descubre y vive su sexualidad, pero también llega a ser el proyecto privilegiado para realizar esa sexualidad en la construcción de una familia propia.29

La educación sexual que se adquiere desde el hogar es la base de lo que va a ser la sexualidad adulta.30

La familia desempeña un rol importante en la determinación de la salud. Bajo su influencia se aprenden los comportamientos saludables, se producen los mecanismos protectores y de regulación de las funciones relacionadas con la enfermedad, sus secuelas y la muerte.31

Es así que frente a las adicciones los adolescentes y jóvenes al constituir una población muy vulnerable, los factores adictivos de la familia influyen en el futuro adictivo de ellos.32

La familia es una unidad estructural y funcional que tiene entre sus tareas controlar las crisis evolutivas que pueden presentarse como es el caso del nacimiento de un niño con enfermedad genética: representa un baluarte insustituible en los cuidados generales y médicos de estos pacientes.33

Como señalan Sánchez y Hernández, durante la infancia, el desarrollo está determinado, principalmente, por las decisiones de las personas adultas miembros de la familia, lo que sugiere el grado de compromiso y el sentido de responsabilidad asignados a los padres de familia ante aspectos antropométricos relacionados con la salud y la práctica de actividad física en forma sistemática. En atención a la bibliografía revisada, los progenitores pueden contribuir en la prevención de la obesidad infantil desde su hogar. Los padres de familia pueden promover un clima familiar de apoyo a la práctica del ejercicio físico y participación en los deportes, al modelar una conducta activa en su hogar, al dar mensajes positivos sobre el ejercicio físico, al asistir a eventos deportivos en familia; pero sobre todo, al hacer actividades físicas junto con sus hijos e hijas.34

Londoño y Ruiz , citados por Álvaro González y cols., plantean que las costumbres alcanzadas por familiares así como por personas del entorno próximo al joven, inciden para afianzar, apoyar o suprimir su patrón de conducta. En su investigación, Álvaro González y cols. obtuvieron que en la unidad familiar donde más de la mitad de los padres/madres habitualmente hacen actividad físico-deportiva, los adolescentes practican actividad física de una forma regular, vienen inducidos la influencia de parámetros familiares.35

La familia, especialmente los padres juegan un papel vital en la trasmisión de valores, creencias y perspectivas positivas en cuanto a la meta de una vida físicamente activa para su salud.

Un individuo nace en el seno de una familia, se desarrolla en ella, se reproduce, dando lugar a una nueva familia vinculada a la que le dio origen para toda su vida; y muere en el seno de ambas familias. Así se empieza a multiplicar la generación y se establecen lazos que son indisolubles y otros temporales o más o menos duraderos. En todo ese proceso, el individuo va aprendiendo y desaprendiendo, con lo que se forma su educación, la cual va transmitiendo hacia los que lo rodean. Además, va incorporando un sistema de valores que también comparte a diario. De manera que expresa conocimientos, genera pensamientos y emana sentimientos sobre la vida. Si toda esta red compleja de interrelaciones, es favorable a la salud, la familia será saludable, hará sano su entorno y será una promotora de salud a su alrededor.36 La salud familiar revela la centralidad de la familia en la función reguladora de la salud.37

No cabe duda que el apoyo que ofrece la familia es el principal recurso de promoción de la salud y prevención de la enfermedad y sus daños, así como el más eficaz que siente y percibe el individuo frente a todos los cambios y contingencias a lo largo del ciclo vital en el contexto social.37

La familia es el lugar de encuentro con la vida humana, donde esta se desarrolla, se custodia y se le dice adiós. Es el grupo, la institución viva imprescindible para la sanidad personal y de grupo; y por ende para la educación de sus miembros desde el nacimiento hasta el fin de sus días.

Realizando una síntesis, se pudiera decir que en la familia constituyen parámetros universales en su papel formativo el cuidado, el crecimiento, el desarrollo socioafectivo de sus miembros, especialmente de los hijos, así como la transmisión de pautas culturales signadas estas, por lo socialmente condicionado, donde la educación familiar recibe el influjo de lo que es la sociedad, siendo a la vez un reflejo de ella.

Son estas, sin dudas, algunas de las razones por las que resulta una prioridad, fomentar el papel formador, la función educativa de la familia, instituyéndose como uno de los principales desafíos que deben asumir y vertebrar los profesionales que se ocupan del desarrollo humano en sentido particular y para la sociedad en general. Un encargo cardinal en la asistencia y acompañamiento a las familias para su "actuación" como formadora de las nuevas generaciones le corresponde especialmente a los profesionales de la salud y la educación, aunque no escapa a ello el resto de las profesiones, aun cuando estas disten en su campo de actuación profesional de trabajar con las familias, ya que a partir de la familia se construye el diario vivir de un ser humano y muchas de las decisiones que se tomen en el ámbito profesional de alguna manera tiene su influencia en la vida familiar. Se hace imprescindible el trabajo conjunto de todos los sectores de la sociedad en el mejoramiento de la calidad de vida de la familia, pensar en el mejoramiento familiar es también pensar en el progreso social.

Para que las familias, específicamente los padres y madres, eduquen de forma saludable a las nuevas generaciones y contribuyan a lograr que sus miembros sean mejores como individualidad, a la vez que su contribución sea de mayor calidad en la sociedad, es prioritario que este papel mediador, educativo de la familia no ocurra de manera espontánea, sino que también estos tengan la oportunidad, el deber y el derecho a ser informados y formados para su rol. Por tanto, se requiere, al menos, que se informen o eduquen en el conocimiento de las características básicas de cada etapa del desarrollo por las que transitan sus hijos, lo cual favorecería la satisfacción de las necesidades y motivos esenciales del desarrollo armónico de la personalidad de estos en cada etapa evolutiva, su desconocimiento puede ser perjudicial para sus miembros, para la familia como unidad y para la sociedad. Y en esta labor el trabajo de conjunto de los profesionales de la salud y educación resulta vital.

Conociendo que el despliegue de la función educativa de la familia se encuentra condicionado por el carácter de las relaciones que este grupo mantiene con otros agentes de socialización como la escuela, comunidad, centros laborales, grupos informales, etc. que influyen continuamente sobre la formación del individuo, donde aun cuando no son estos los únicos determinantes del desarrollo, son en la familia las figuras parentales los agentes socializadores que por excelencia tienen una influencia directa y trascendental sobre el individuo. Se hace impostergable que profesionales de la educación, de la salud y en especial los psicólogos, doten a las familias de recursos para esta función, generando en conjunto modelos de intervención que no eludan las necesidades de dichas familias y contemplen las características diferentes o formas de expresión distinta que se suceden en estas.

 

CONCLUSIONES

La familia y su papel primordial en la formación del modelo de persona que se quiere formar en y para la sociedad, resulta un tema que requiere estudio sistemático y profundo, siendo un objetivo impostergable mejorar las bases teóricas y metodológicas que orienten su actuación.

La familia en general y las figuras maternas y paternas en particular, constituyen los agentes socializadores por excelencia, destinados a la formación y desarrollo armónico de las nuevas generaciones, pero estos requieren ser también formados para potenciar su función educativa; se necesita una visión holística e integradora para la comprensión de la familia y sus vías de intervención.

Lograr, por un lado, espacios y herramientas eficaces para motivar y formar a las familias para el despliegue de su papel rector en el empeño educativo de cimentar generaciones de calidad, es ahora un reto. Asumirlo puede favorecer la salud, el bienestar y el progreso de muchos de nuestros semejantes, de la sociedad.

 

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Recibido: 2016-10-19.
Aprobado: 2017-02-15.

 

 

Yamila Ramos Rangel. Lic. en Psicología, Master en Psicología Médica, Prof. Auxiliar. La Habana. Cuba. Teléf.: 43500650. Email: psicologia6003@ucm.cfg.sld.cu





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